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Los pensamientos irracionales

 

         Consiste en el hábito de mantener reglas rígidas y exigentes sobre cómo tienen que suceder las cosas. Algunos psicólogos han considerado que esta distorsión está en la base de la mayoría de los trastornos emocionales. La teoría se centra en que no son las circunstancias las que nos generan malestar, sino la manera en que las interpretamos. Por tanto, si somos capaces de cambiar nuestros esquemas mentales seremos capaces de generar nuevos estados emocionales,  menos dolorosos y más acordes con la realidad.

no son las circunstancias las que nos generan malestar, sino la manera en que las interpretamos.

Podemos decir que los pensamientos irracionales  son imposiciones que nos hacemos a nosotros mismos o a la vida y que usan palabras claves como:

Debería de…

No debería de…

Tengo que…

Necesito que…

Todas las creencias irracionales las podemos clasificar en tres grupos:

– Debo hacer las cosas bien, no debo fallar… Es la exigencia del éxito.

– Los demás deben tratarme como yo quiero, los demás deben tratarme bien, debo ser aceptado… Es la exigencia de  aprobación.

– Las cosas en la vida me deben ir bien, no debería pasarme esto a mí, las cosas tienen que ser fáciles… Es la exigencia de la comodidad.

En muchos momentos de nuestra vida las cosas no son como queremos,  nos quejamos y lamentamos, en realidad nos negamos a aceptar que nos sucedan cosas que no queremos o no nos gustan. A estos contratiempos de la vida lo llamamos injusticias. Y terminamos instalándonos en la infelicidad.

Cuando el pensamiento es irracional, nos genera malestar emocional.

Según nuestra manera de pensar no debería pasarnos nada negativo y con esta actitud cualquier adversidad la  magnificamos de manera desproporcionada. Pregúntate ¿dónde está escrito que a ti no pueda pasarte nada que no desees? o ¿dónde está escrito que a ti te tenga que salir todo bien?

Para combatir estos  pensamientos irracionales:

Debería de… No debería de… Tengo que… Necesito que…No tengo que…

Empieza sustituyéndolos por:

Por:   ME GUSTARIA o PREFERIRÍA

Cuando el pensamiento es irracional,  por ejemplo: necesito hacer ejercicio, debería tener pareja, tengo que perder todos estos kilos… Se convierte en un estresor y nos genera malestar emocional. Lo vivimos como una imposición. Pareciera que es  ley y que si no se cumple será catastrófico. La cosa cambia cuando digo «me gustaría perder estos kilos…», lo transformo en deseo, no en obligación.

Para poder sustituir esos “necesito”, “debería” o “tengo que” por “me gustaría”, es necesario hacer un DEBATE. A continuación  te damos un ejemplo.

Necesito que las personas de mi entorno aprueben, entiendan o apoyen mi decisión de divorciarme. ¿Es una necesidad ser aprobado por las personas importantes en tu vida? ¿Qué es mejor hacer lo que los demás esperan que hagamos o hacer algo que he decidido? ¿Qué es lo peor que me te puede pasar si no están de acuerdo con tu decisión? ¿Necesito la aprobación de los demás en todo lo que hago?

Si te paras a pensar, te gustaría que te apoyaran en tu decisión, pero no necesitas que lo hagan para tomarla. En la vida hay que aprender a tolerar que, incluso las personas que más no quieren, no van a aprobar muchas de nuestras decisiones. Ello no implica que no debas hacerlo o que estés equivocado. Tampoco que dejen de quererte, simplemente no están de acuerdo. Y como no podemos agradar a todo el mundo…

Recuerda que la única diferencia entre un buen y mal día es tu actitud.

Como puedes observar, este tipo de pensamientos Son exagerados, dramáticos y siempre negativos, generan un enorme malestar emocional  sin que le podamos sacar el menor provecho.

Recuerda que la única diferencia entre un buen y mal día es tu actitud.