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La adicción a la comida

La adicción a la comida no está reconocida actualmente como un trastorno mental a pesar de que muchas personas con obesidad y que comen de manera compulsiva presentan conductas cercanas a la adicción: consumo con frecuencia en cantidades superiores, el deseo persistente de consumo o los fracasos para abandonar o controlar dicho consumo a pesar del deterioro o malestar clínicamente significativo.

al igual que sucede con las adicciones, muchas personas pierden el control con la comida

Existe la idea de que algunos productos ultraprocesados (específicamente, aquellos ricos en la mezcla de grasas y el azúcar) podrían ser capaces de activar el proceso adictivo. Así, los azúcares libres provocan en el cerebro el aumento dopamina, serotonina o endorfinas, todas ellas implicadas en los estados de placer y bienestar similares a los que generan los opiáceos.

Sin embargo,  la adicción no se produce únicamente por el consumo de una sustancia potencialmente adictiva, tienen que concurrir otras circunstancias como la vulnerabilidad, tanto genética como psicológica. Esto explicaría por qué no todo el mundo que consume alcohol se vuelve adicto, ni por qué todos los que ingieren productos  ultraprocesados pierden el control sobre el consumo.

no todo el mundo desarrolla una adicción por consumir drogas, existen personas más vulnerables

Además, el fin último de cualquier sustancia adictiva es mejorar o cambiar estados emocionales negativos (miedo, estrés, tristeza…). Así pues, una persona vulnerable, con rasgos de personalidad como la impulsividad, escaso nivel de autocontrol o baja tolerancia a la frustración puede tener dificultades para enfrentarse a determinadas demandas de la vida y por ende consumir (azúcares, alcohol…) para paliar el malestar emocional que estas situaciones le genera.

Aunque existen coincidencias clínicas y neurobiológicas entre las ingestas compulsivas y los trastornos por consumo de sustancias, no existen suficientes datos  para establecer la adicción a la comida como un trastorno por consumo propiamente dicho. Únicamente el trastorno de atracones se engloba como enfermedad mental pero en el apartado trastornos de la conducta alimentaria.

ciertos productos ultraprocesados, al igual que las drogas, son nocivos para la salud

Si para determinadas personas vulnerables ciertos productos ultraprocesados como dulces, refrescos, snacks saldados, etc.. desencadenan un deseo similar a la adicción, cabría plantearse si -de cara al tratamiento de la obesidad-, se deberían eliminar estos productos muy procesados de las dietas  incluso de forma  excepcional u ocasional. Es cierto como se argumenta en infinidad de ocasiones que, a diferencia de las drogas, con la comida hay que convivir,  pero como señalan cada vez más especialistas, con comida real, no con productos.