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Dulce Navidad

Aunque las navidades no deben ser sinónimo de descontrol alimentario, sí es verdad que solemos incrementar el peso por varios motivos. Por un lado,  las celebraciones sociales y familiares van asociadas a gran cantidad de comida altamente calórica. Por otro lado, hay una disminución de la ingesta de frutas y verduras mientras que el consumo de alcohol suele incrementarse. Por  último, se realiza menos actividad física, siendo el gasto energético considerablemente inferior al habitual.

Para empezar debemos asumir y tomar conciencia de que seremos nosotros quienes gestionemos nuestra alimentación. Probablemente llevas años dejándote llevar en estas fechas y va siendo hora de asumir el control de manera tolerante y flexible. Tal vez te asalte el primer temor «no seré capaz de controlarme». No te asustes, vamos a ver cómo hacerlo.

que en tu despensa haya verduras y frutas

Ser tolerantes y flexibles no significa que vayas a elegir aquello que no te conviene. Implica aceptar que hay alimentos más o menos aconsejables (no prohibidos) con los que vas a convivir en estas fechas. Prohibir es lo que te lleva al descontrol, pues incrementa el deseo y dispara el sentimiento de culpa cuando accedemos a lo prohibido.

confía en tu capacidad para gestionar tu alimentación

Un aspecto a tener en cuenta es la gestión de las emociones. En estas fechas casi todas las personas echamos de menos a aquellos que ya no están o que por diversos  motivos no pueden sentarse a la mesa con nosotros. Así mismo, se incrementa el tiempo dedicado a familia, amistades, compañeros de trabajo… con quienes podemos tener poca confianza o rencillas personales que nos generan inquietud  y favorecen la ingesta de manera veloz y excesiva.

la prohibición desencadena el descontrol

Dicho esto, vamos a señalar siete pautas que suelen resultar de gran utilidad para asumir el control de nuestra salud en estas fechas:

Limitar el consumo de dulces navideños a los días señalados. Comprarlos con moderación, que no estemos en Semana Santa terminando los polvorones.

Si te excedes algún día no intentes compensarlo saltándote las siguientes ingestas. Come menos, pero no la suprimas.

Si vas a consumir bebidas alcohólicas o refrescos bebe agua previamente para no llegar sediento y de este modo poder saborear las bebidas en vez  de matar la sed con ellas.

No llegues hambriento a la comida, consume algún alimento antes de acudir para llegar con apetito y no con voracidad.

Aunque en tu infancia te enseñaran que “hay que comerse todo lo que queda en el plato”, en ocasiones las raciones de determinados establecimientos son excesivas y por lo tanto no tienes que seguir ese consejo.

Come despacio

Flexibiliza la actividad física, pero en ningún caso la suprimas. Puedes recorre la ciudad para ver la iluminación, los belenes, los adornos navideños…