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Importa el deporte

Incorporar el ejercicio a nuestros hábitos de vida resulta beneficioso para el organismo en general, no sólo para controlar el peso y prevenir la obesidad. Sabemos que muchas personas tienen dificultades para iniciarse en la práctica deportiva, por eso a continuación ofrecemos unas  recomendaciones que esperamos os ayuden a dar los primeros pasos.

  1. Muchas personas sienten vergüenza de exponerse ante los demás a la hora de hacer ejercicio. Tienes que desterrar de tu cabeza la idea de que la obesidad es un problema estético. Si quieres que los demás vean la obesidad como lo que es, un problema de salud, eres tú quien tiene primero que adoptar esa visión.

 

  1. Recuerda que el ejercicio físico no es un capricho o un hobby, es parte del tratamiento que necesitas para curar tu sobrepeso u obesidad, y también para prevenirlo.

 

  1. Si padeces obesidad severa o patologías relacionadas con el sobrepeso, es necesaria la  valoración de un médico antes de iniciarse en la práctica del deporte. En estos casos debes  empezar por ejercicios sin impacto (bicicleta, elíptica, step o remo) para no sobrecargar tus articulaciones y permitirte entrenar sin molestias y lesiones.

 

  1. Inicio progresivo; mejor un ratito todos los días (1 hora) que mucho tiempo en menos sesiones. Precipitarse y empezar muy fuerte, sólo nos llevará a lesionarnos o cansarnos. Recuerda que la repetición favorece el hábito.

 

  1. Las metas que te marques deben ser realistas, es decir, teniendo en cuenta la edad, el sexo, las limitaciones para la práctica o el tiempo que dispones para la realización del ejercicio. Si no se tienen estos aspectos en cuenta es fácil caer en la frustración y el consiguiente abandono.

 

  1. Dos aspectos que debes delimitar de antemano son dónde y cuándo vas a realizar tu rutina de ejercicios. Tanto si decides acudir al gimnasio, como realizar ejercicio al aire libre, es fundamental que el lugar sea accesible, es decir, cerca de casa o el trabajo.

 

  1. Cuando sea el momento de iniciar tu camino al gimnasio, al parque o donde hayas decidido, no permitas que el pensamiento saboteador (“estoy muy cansado”,  “mañana voy”) supere a la acción.  A pesar de estos pensamientos no te pares: comienza  a cambiarte de ropa, organiza tu bolsa, ponte las zapatillas de deporte y márchate.

 

  1. Si te cuesta hacer deporte puedes apuntarte a clases dirigidas y si es necesario solicitar los servicios o asesoramiento de un preparador personal titulado. Estos últimos te ayudarán además a aumentar la motivación.

 

  1. Abandona el pensamiento “no me gustan los gimnasios”, ya que no es la única opción existente. Una vez que vayas alcanzando la forma física adecuada te animamos a probar distintas modalidades deportivas; tenis, remo, bádminton, ciclismo, pádel, fútbol, baloncesto, natación… hasta encontrar aquella que te guste y puedas practicar de forma regular.

 

  1. Así mismo hay que buscar un hueco al día para nuestra rutina deportiva, al que daremos la misma importancia que otorgamos al trabajo u otras actividades que realizamos todos los días.